Psoriasis y riesgo cardiovascular: Implicaciones clínicas según las guías actualizadas de la AAD 2025
Las guías AAD 2025 destacan la importancia de evaluar el riesgo cardiovascular en pacientes con psoriasis moderada a severa.

DERMATOLOGÍA
Psoriasis y riesgo cardiovascular: Implicaciones clínicas según las guías actualizadas de la AAD 2025
La psoriasis no es solo una enfermedad cutánea, sino una entidad inflamatoria sistémica con importantes repercusiones cardiovasculares. Las nuevas guías clínicas de la American Academy of Dermatology (AAD)publicadas en 2025 recomiendan la evaluación obligatoria del riesgo cardiovascular en pacientes con psoriasis moderada a severa. Este enfoque integral redefine el manejo clínico, posicionando al dermatólogo en el centro de la prevención secundaria de eventos cardiovasculares.
Psoriasis como enfermedad sistémica: Más allá de la piel
La psoriasis es una dermatosis crónica de origen inmunológico, caracterizada por inflamación cutánea mediada principalmente por las vías Th1 y Th17. Sin embargo, su impacto va más allá de la piel, ya que provoca un estado inflamatorio sistémico persistente que predispone al desarrollo de comorbilidades metabólicas y cardiovasculares. Los pacientes con psoriasis, especialmente aquellos con formas moderadas a severas, presentan un mayor riesgo de:
- Hipertensión arterial
- Dislipidemia
- Obesidad visceral
- Resistencia a la insulina
- Síndrome metabólico
- Eventos cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular)
Actualización AAD 2025: Inclusión del riesgo cardiovascular en la evaluación clínica rutinaria
En respuesta a la creciente evidencia sobre la relación entre psoriasis y enfermedades cardiovasculares, la AAD 2025ha incorporado la evaluación cardiovascular rutinaria en todos los pacientes con psoriasis, especialmente en aquellos con:
- Más del 10% de superficie corporal afectada (BSA)
- Uso prolongado de tratamientos sistémicos
- Enfermedad de larga evolución
- Presencia de artritis psoriásica
Recomendaciones clave de la AAD 2025:
- Calcular el riesgo cardiovascular a 10 años mediante herramientas como el ASCVD Risk Estimator Plus.
- Derivar a atención primaria o cardiología en pacientes con riesgo elevado.
- Realizar monitoreo de presión arterial, perfil lipídico y glucosa al menos una vez al año.
- Promover cambios en el estilo de vida y abandono del tabaquismo.
Bases fisiopatológicas del vínculo psoriasis-cardiopatía
Inflamación sistémica:
La inflamación crónica en la psoriasis contribuye al desarrollo de aterosclerosis a través de la activación de células inmunes y citocinas proinflamatorias como IL-17, TNF-α y IL-23.
Estrés oxidativo y disfunción endotelial:
La inflamación sostenida genera aumento de radicales libres, reducción del óxido nítrico (NO) y daño endotelial, lo que facilita la formación de placas de ateroma.
Trombogenicidad aumentada:
Los pacientes con psoriasis presentan niveles más altos de proteína C reactiva ultrasensible (PCR-us) y fibrinógeno, lo que incrementa la tendencia a fenómenos trombóticos.
Implicaciones clínicas para el dermatólogo
El dermatólogo tiene un papel fundamental en la detección temprana del riesgo cardiovascular. Las nuevas guías enfatizan su responsabilidad en:
- Realizar cribado de factores de riesgo en cada consulta.
- Documentar antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.
- Evaluar signos clínicos de síndrome metabólico (índice cintura-cadera, obesidad abdominal).
- Establecer colaboración activa con medicina interna, endocrinología y cardiología.
Impacto de los tratamientos sistémicos en el riesgo cardiovascular
Algunos tratamientos sistémicos para la psoriasis no solo controlan la inflamación cutánea, sino que también mejoran el perfil cardiovascular:
Agentes con beneficio cardiovascular potencial:
- Biológicos anti-IL-17 (secukinumab, ixekizumab): reducen biomarcadores inflamatorios sistémicos.
- Anti-IL-23 (guselkumab, risankizumab): efectos protectores vasculares.
- Anti-TNF-α (etanercept, adalimumab): efectos positivos en función endotelial.
Consideraciones con tratamientos clásicos:
- Ciclosporina: puede elevar la presión arterial y los lípidos.
- Acitretina: dislipidemia es un efecto adverso frecuente.
- Metotrexato: algunos estudios sugieren efecto antiinflamatorio vascular, pero el beneficio cardiovascular neto es controvertido.
Psoriasis, síndrome metabólico y obesidad: un triángulo inflamatorio
La obesidad abdominal y la resistencia a la insulina son frecuentes en pacientes con psoriasis, formando un círculo vicioso que:
- Aumenta la severidad de la enfermedad.
- Disminuye la eficacia de algunos biológicos.
- Agrava el riesgo cardiovascular.
El control ponderal y la dieta son intervenciones terapéuticas fundamentales. La AAD recomienda:
- Referir a nutrición clínica.
- Promover actividad física regular.
- Monitorear hemoglobina A1c, índice de masa corporal y circunferencia abdominal.
Hacia una atención integrada: la necesidad de equipos multidisciplinarios
El enfoque moderno del paciente con psoriasis debe ser integral. El dermatólogo debe coordinar activamente con:
- Cardiólogos
- Endocrinólogos
- Nutriólogos clínicos
- Psiquiatras o psicólogos (por impacto emocional y depresión)
- Médicos de atención primaria
Este modelo reduce hospitalizaciones, mejora la adherencia al tratamiento y optimiza la calidad de vida a largo plazo.
La psoriasis se consolida como una enfermedad inflamatoria sistémica con importantes implicaciones cardiovasculares. Las nuevas guías de la AAD 2025 sitúan al dermatólogo como un agente clave en la prevención de eventos cardiovasculares, mediante el cribado proactivo, la atención integrada y el uso de terapias con beneficio sistémico. Esta evolución en la práctica clínica exige un enfoque más amplio y colaborativo.
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