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Desentrañando los dermatofitomas y conglomerados fúngicos: implicaciones epidemiológicas y clínicas en la práctica diaria
Reto Dermatología
12 de Diciembre de 2025

La presencia de masas fúngicas hiperqueratósicas en áreas subungueales o piel lampiña siempre ha representado un desafío diagnóstico y terapéutico en nuestra práctica clínica. Tradicionalmente, hemos agrupado estas lesiones bajo el término “dermatofitoma”. Sin embargo, ¿es este concepto aplicable a todas las etiologías fúngicas? Un reciente estudio epidemiológico realizado en México nos invita a afinar nuestra comprensión y, por ende, nuestro abordaje de estas patologías. El objetivo principal de esta investigación fue analizar en profundidad los datos clínicos y micológicos de pacientes con dermatofitomas y “conglomerados fúngicos”, diferenciando así su origen y sus implicaciones.
Disecando los datos clínicos
Este estudio observacional, descriptivo, transversal y retrospectivo se llevó a cabo en la sección de micología de un hospital de tercer nivel en México, abarcando un extenso período de 15 años, desde enero de 2008 hasta diciembre de 2023. Se revisaron 33.480 expedientes clínicos, identificándose un total de 606 casos de masas fúngicas. La distinción crucial reside en clasificar estas masas como “dermatofitomas” cuando el agente causal era un dermatofito, y como “conglomerados fúngicos” si la etiología correspondía a mohos no dermatofitos o levaduras. El diagnóstico se basó en la identificación fenotípica (características macro y microscópicas) y criterios clínicos específicos para la onicomicosis por mohos no dermatofitos. Los datos recopilados incluyeron edad, sexo, localización de la lesión, clasificación clínica, duración de la onicomicosis y el agente etiológico, así como las comorbilidades asociadas.
Patrones y predictores clínicos
El análisis de los 606 casos reveló hallazgos significativos:
- Agente causal principal: Trichophyton rubrum fue el agente etiológico más frecuente, identificándose en el 35.97% de los casos. Otros agentes incluyeron Nannizzia gypsea y T. mentagrophytes, mientras que en los conglomerados fúngicos se encontraron especies de Candida, Fusarium y Acremonium. Cabe destacar que más del 50% de los casos tuvieron cultivos negativos o no reportados, subrayando el desafío diagnóstico.
- Demografía y localización: Las mujeres representaron la mayoría de los pacientes (64.7%), con una edad promedio de 47 años. Las uñas, tanto de los pies como de las manos, fueron las más afectadas (86.1%), con la onicomicosis distrófica total (TDO) como la forma clínica predominante en el 61.4% de los casos.
- Comorbilidades asociadas: Casi la mitad de los pacientes (46%) presentaban comorbilidades. La hipertensión arterial sistémica (14.3%) fue la más prevalente, seguida por la diabetes mellitus tipo 2, dislipidemia y síndrome metabólico (11.39%).
- Factores de riesgo para dermatofitomas: El modelo de regresión logística múltiple ajustado por edad, sexo y tipo de población, mostró que los grupos de edad más jóvenes (≤18 años y 19-65 años) tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar dermatofitomas en comparación con los mayores de 66 años (OR=3.616 y OR=2.143, respectivamente). Además, la hipertensión se asoció con una mayor proporción de dermatofitomas en comparación con los conglomerados fúngicos (OR=5.470).
Este estudio subraya la necesidad de una distinción clara entre “dermatofitomas” y “conglomerados fúngicos” basada en su etiología. El hecho de que T. rubrum y la onicomicosis distrófica total sean predominantes, junto con la alta prevalencia de comorbilidades como la hipertensión y la diabetes, tiene profundas implicaciones para nuestra práctica.
¿Qué implica esto para mi práctica clínica diaria?
- Refinar la terminología y el diagnóstico: El primer paso es adoptar una nomenclatura precisa. No todas las masas fúngicas son dermatofitomas. Es fundamental diferenciar si la masa es causada por un dermatofito (dermatofitoma) o por un moho no dermatofito o levadura (conglomerado fúngico). Esta distinción no es solo académica; puede guiar significativamente nuestras decisiones terapéuticas.
- Búsqueda activa de comorbilidades: La fuerte asociación de estas masas fúngicas con comorbilidades sistémicas como la hipertensión y la diabetes mellitus nos obliga a adoptar un enfoque holístico. En la evaluación de un paciente con una masa fúngica, debemos indagar activamente sobre estas condiciones, ya que pueden influir en la gravedad de la infección, la respuesta al tratamiento y el riesgo de recurrencia.
- Identificación micológica precisa: Dada la limitación de la cultura fenotípica y el aumento de la resistencia antifúngica, la identificación genotípica del agente causal y las pruebas de susceptibilidad son cada vez más cruciales. Esto nos permitirá seleccionar el tratamiento más apropiado y evitar el uso irracional de antifúngicos, optimizando los resultados y reduciendo el riesgo de resistencia.
- Estrategias de manejo integrales: La densidad de estas masas fúngicas dificulta la penetración de los antifúngicos. Por ello, es imperativo considerar un enfoque multimodal que combine el tratamiento farmacológico con desbridamiento mecánico o químico, e incluso la avulsión cuando sea necesario, especialmente en casos de onicomicosis distrófica total.
- Educación y prevención: La alta prevalencia de estas condiciones, en particular en poblaciones jóvenes y con comorbilidades, resalta la importancia de la educación del paciente sobre medidas preventivas y la adherencia al tratamiento para evitar la recurrencia.
Este estudio no solo nos proporciona datos epidemiológicos vitales de México, sino que también enriquece nuestra comprensión de la complejidad de las infecciones fúngicas. Me emociona pensar en cómo la continua investigación en identificación molecular y pruebas de susceptibilidad nos permitirá en un futuro cercano ofrecer planes de tratamiento aún más personalizados y efectivos, mejorando significativamente la calidad de vida de nuestros pacientes. ¡Estamos en una era de avances donde la curiosidad científica se traduce directamente en una mejor atención clínica!
Referencias:
Medina-Vicent, N. A., Porras-López, C., Frías-De-León, M. G., Vega-Sánchez, D. C., Arenas, R., Bonifaz, A., García-Salazar, E., Pinto-Almazán, R., & Martínez-Herrera, E. (2025). Epidemiological analysis of dermatophytomas over 15 years in Mexico: is the concept correct for all fungi? Eur J Dermatol, 35(4), 285-293. doi:10.1684/ejd.2025.4921



