Uno de los desarrollos más prometedores en los últimos años ha sido la introducción de crisaborol tópico, un inhibidor de la fosfodiesterasa 4 (PDE4) como opción alternativa tópica no esteroidea para el tratamiento de la dermatitis atópica.
Dermatitis atópica
La dermatitis atópica se caracteriza por ser una enfermedad crónica caracterizada por lesiones eccematosas y pruriginosas que tienden a tener un curso de recaídas y remisiones. Afecta a aproximadamente el 10% al 20% de la población en países desarrollados, siendo los niños el grupo más afectado.
Crisaborol
La farmacología de crisaborol se basa en su capacidad como inhibidor de la fosfodiesterasa 4, lo que resulta en un aumento de los niveles intracelulares de monofosfato de adenosina cíclico (cAMP), que a su vez actúa como regulador negativo de las citoquinas proinflamatorias. Esto reduce la producción y los efectos de mediadores inflamatorios como IL-4 e IL-13.
Uso actual
El crisaborol se ha convertido en una opción de tratamiento eficaz y segura para la dermatitis atópica leve a moderada, incluso en niños a partir de los 2 años de edad.
Los ensayos clínicos han demostrado mejoras significativas en los síntomas de la dermatitis atópica, y su perfil de efectos secundarios mínimos (ardor o escozor en el sitio de aplicación en menos del 4%) lo convierte en una alternativa atractiva.
Si bien actualmente se considera como segunda línea de tratamiento detrás de los esteroides tópicos, crisaborol ha demostrado su valía en pacientes recalcitrantes o en situaciones en las que los esteroides no son ideales.
Perspectivas futuras
Además de su papel en la dermatitis atópica, crisaborol ofrece perspectivas emocionantes en el tratamiento de otras afecciones dermatológicas, como la psoriasis. Su mecanismo de acción, que regula las respuestas inmunológicas, sugiere un potencial más amplio para abordar otras enfermedades inflamatorias de la piel.
Consideraciones prácticas
Es importante tener en cuenta que, si bien el crisaborol es una opción valiosa, su costo puede ser un factor limitante para algunos pacientes. Debemos considerar el equilibrio entre la eficacia y la accesibilidad al seleccionar tratamientos para nuestros pacientes.
En resumen, el crisaborol tópico representa un avance emocionante en la dermatología, brindando una herramienta eficaz y segura para abordar la dermatitis atópica y posiblemente otras afecciones cutáneas inflamatorias.
A medida que se acumula más evidencia clínica y se abordan las consideraciones prácticas, es posible que su lugar en la terapia dermatológica continúe expandiéndose, mejorando la calidad de vida de nuestros pacientes. Por ahora ya se encuentra disponible en México.
Conoce más acerca de los desarrollos en el área de la dermatología en nuestro blog “Avances tecnológicos en el área dermatológica”
Referencias:
McDowell L, Olin B. Crisaborole: A Novel Nonsteroidal Topical Treatment for Atopic Dermatitis. J Pharm Technol. 2019;35(4):172-178. doi:10.1177/8755122519844507