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Cicatrices que cuentan historias: un análisis bioético de la experiencia trans y de género diverso

Cicatrices que cuentan historias: un análisis bioético de la experiencia trans y
de género diverso

Reto Dermatología

2 de Octubre de 2025

En el complejo tapiz de la salud humana, la búsqueda de la autenticidad y el bienestar integral se entrelaza con decisiones médicas profundas. Para las personas Trans y de Género Diverso (TGD), la atención de afirmación de género (CAG) representa un pilar fundamental en este camino, ofreciendo la posibilidad de alinear su cuerpo con su identidad. Sin embargo, un aspecto a menudo subestimado, pero de profunda relevancia psicosocial, es la experiencia de las cicatrices resultantes de estos procedimientos. Un reciente estudio publicado en JMIR Dermatology (Sun et al., 2025) arroja luz sobre este dilema, revelando las tensiones y complejidades que las cicatrices generan en la vida de las personas TGD.

El estudio, basado en un análisis cualitativo de discusiones en foros de Reddit, desvela una dualidad inherente a las cicatrices en la comunidad TGD. Por un lado, son el testimonio físico de un proceso vital de afirmación, un paso crucial para aliviar la disforia de género y mejorar la imagen corporal. Sin embargo, estas mismas marcas pueden convertirse en una fuente significativa de estrés psicosocial, generando ansiedad sobre su apariencia, visibilidad y permanencia. Esta tensión se agudiza al considerar que, si bien la CAG es médicamente necesaria, el tratamiento de las cicatrices resultantes a menudo se clasifica como “cosmético” y, por ende, no es cubierto por las aseguradoras, creando una barrera económica y ética para el acceso a una atención integral.

Más allá de la esfera personal, las cicatrices se insertan en un entramado social y legal que amplifica el dilema. La visibilidad de estas marcas puede exponer a las personas TGD a la estigmatización, al miedo a ser “identificadas” o “clocked” y a reacciones transfóbicas que las perciben como “mutilaciones”. Esta presión social choca directamente con el objetivo de la CAG de permitir a las personas TGD integrarse y vivir auténticamente, transformando las cicatrices de un símbolo de afirmación en un potencial obstáculo para la aceptación social. La falta de una comunicación clara y exhaustiva por parte de los profesionales de la salud sobre los resultados de las cicatrices y las opciones de cuidado postoperatorio, tal como lo señala el estudio, exacerba la ansiedad y la incertidumbre de los pacientes, comprometiendo el principio de consentimiento informado y la confianza en el sistema de salud.

Desde una perspectiva bioética, este escenario nos obliga a sopesar valores fundamentales. La autonomía del paciente, que impulsa la decisión de buscar CAG, se ve desafiada cuando las consecuencias físicas de esa atención, aunque deseadas, generan nuevas formas de angustia y discriminación. 

¿Cómo podemos reconciliar la necesidad médica de la CAG con la percepción social y la clasificación administrativa de sus secuelas como “cosméticas”? La equidad en el acceso a la salud exige que la atención no se limite al procedimiento primario, sino que abarque el bienestar integral del individuo, incluyendo el manejo de las cicatrices que impactan directamente en la salud mental y la integración social.

Es crucial reconocer la diversidad de experiencias dentro de la comunidad TGD: mientras que para algunos las cicatrices son una fuente de orgullo y conexión comunitaria, para otros representan un recordatorio constante de vulnerabilidad y estrés. Esta heterogeneidad subraya la necesidad de un enfoque de atención personalizado y sensible, que vaya más allá de los protocolos estandarizados. La resiliencia de las personas TGD, que a menudo eligen las cicatrices antes que la disforia, es un testimonio de su fortaleza, pero también un llamado a la responsabilidad de los sistemas de salud y la sociedad para ofrecer un apoyo más completo y comprensivo.

En última instancia, el estudio de Sun et al. (2025) nos invita a una reflexión colectiva. ¿Estamos, como sociedad y como sistema de salud, cumpliendo con nuestra obligación de proporcionar una atención verdaderamente holística y equitativa a las personas TGD? ¿Cómo podemos redefinir la “necesidad médica” para incluir el impacto psicosocial de las cicatrices, asegurando que el camino hacia la autenticidad no esté marcado por barreras evitables? La conversación sobre las cicatrices en la comunidad TGD es, en esencia, una conversación sobre la dignidad, la inclusión y el derecho a vivir plenamente, con o sin marcas visibles, pero siempre con el apoyo y la comprensión que merecen.

Referencias:

Sun, N. Y., Kamal, K., & Keuroghlian, A. S. (2025). Investigating Experiences With Scarring Among Transgender and Gender Diverse People: Mixed Methods Study. JMIR Dermatology, 8(1), e62714. doi: 10.2196/62714

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