Actualización 2025 en el abordaje del acné vulgar: Terapias tópicas emergentes sin antibióticos
Descubre las nuevas estrategias terapéuticas para el acné vulgar en 2025. Enfocadas en terapias tópicas, inmunomoduladoras y sin antibióticos

DERMATOLOGÍA
Actualización 2025 en el abordaje del acné vulgar: Terapias tópicas emergentes sin antibióticos
El acné vulgar continúa siendo una de las dermatosis inflamatorias más prevalentes en el mundo. En 2025, nuevas guías clínicas internacionales introducen un cambio de paradigma al enfocarse en terapias tópicas con bajo impacto antibiótico, integrando opciones inmunomoduladoras y tratamientos dirigidos. Esta actualización representa un paso relevante hacia estrategias más eficaces, personalizadas y sostenibles.
Panorama general del acné vulgar: prevalencia y necesidad de actualización terapéutica
El acné afecta hasta el 85% de los adolescentes y a una proporción creciente de adultos, impactando emocional, psicosocial y laboralmente. Los tratamientos tradicionales, como los antibióticos tópicos y sistémicos, han enfrentado críticas debido a la resistencia bacteriana y efectos adversos. Las guías de 2024 de la Global Alliance to Improve Outcomes in Acne recomiendan un enfoque que minimice el uso de antibióticos, integrando nuevas moléculas y tecnologías tópicas.
Nuevas formulaciones tópicas: alternativas a los antibióticos
Retinoides de nueva generación:
Los retinoides siguen siendo pilar del tratamiento, pero ahora se priorizan formulaciones de tercera generación, como trifaroteno, que presenta mayor eficacia local y menos efectos adversos en comparación con tretinoína.
Combinaciones libres de antibióticos:
Combinaciones de retinoides y peróxido de benzoilo (como adapaleno 0.1% + peróxido de benzoilo 2.5%) ofrecen opciones efectivas con bajo potencial de resistencia. Además, se está evaluando el uso de ácido azelaico y ácido salicílico liposomal en esquemas combinados.
Moduladores inmunológicos tópicos: El nuevo horizonte terapéutico
Los agentes inmunomoduladores tópicos, como los inhibidores de IL-1 (como el gevokizumab) y otros blancos inflamatorios, son un avance relevante en las nuevas guías, actuando sobre los mecanismos inflamatorios sin afectar la microbiota.
Personalización del tratamiento: clasificación por fenotipo clínico y tipo de piel
Las guías proponen un enfoque basado en fenotipos clínicos (comedogénico, inflamatorio, mixto) y tipo de piel para definir la elección del tratamiento. Por ejemplo:
- Acné comedogénico: Se priorizan retinoides con buena tolerancia.
- Acné inflamatorio: Se indican combinaciones con peróxido de benzoilo y moduladores inmunológicos.
- Piel sensible: Se sugieren formulaciones encapsuladas, libres de alcohol y perfumes.
El rol del microbioma cutáneo: equilibrio sin erradicación
Restaurar el equilibrio microbiano de la piel es clave para el tratamiento del acné. Se investigan productos tópicos con prebióticos, probióticos o postbióticos, que regulan la flora cutánea sin dañarla, contribuyendo indirectamente a la reducción de inflamación.
Adherencia terapéutica y formulaciones cosméticamente elegibles
Para mejorar la adherencia al tratamiento, se recomiendan formulaciones con texturas no comedogénicas, geles o espumas para pieles grasas, y formulaciones de liberación prolongada. Las guías también resaltan la importancia de instrucciones claras y la educación sobre el tiempo esperado para ver resultados.
Qué se evita en 2025: estrategias en desuso
Las nuevas recomendaciones incluyen evitar:
- Uso prolongado de antibióticos tópicos sin combinación con peróxido de benzoilo.
- Antibióticos orales como monoterapia.
- Terapias hormonales sin evaluación endocrina previa.
- Combinaciones tópicas irritantes en pieles sensibles.
Consideraciones especiales: acné en mujeres adultas y acné inducido por cosméticos
Para mujeres adultas, se recomienda considerar factores hormonales y hábitos cosméticos. El tratamiento incluye:
- Ácido azelaico + retinoides.
- Inhibidores tópicos de 5α-reductasa.
- Evaluación para tratamiento hormonal sistémico.
Las nuevas guías para el manejo del acné vulgar en 2025 proponen un enfoque más moderno, libre de antibióticos cuando sea posible, incorporando terapias tópicas inmunomoduladoras y estrategias personalizadas. Este enfoque promueve la eficacia clínica, la reducción de resistencia y la mejora de la adherencia, respetando la ciencia de precisión y el equilibrio del microbioma cutáneo.
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